sábado, 3 de julio de 2010

SEGUNDO ARTICULO

Pedagogía del oprimido
El principio expuesto en el lema de su escuela de L· Ermìtage: "Escuela para la vida, por la vida", partiendo de sus concepciones pedagógicas de respeto por el niño y por su personalidad.

En “Pedagogía del oprimido” Freire dice que existen dos tipos de educación: La domesticadora. Y La libertadora. La domesticación consiste en transmitir una conciencia bancaria de la educación: se impone el saber al educando, que permanece pasivo, sin derecho a opinión. La libertadora sigue la misma línea que la concientizadora. Los proyectos domesticadores, al contrario de los libertadores, ven a los campesinos como receptores pasivos, meros objetos. Las personas deben aprender a pronunciar sus propias palabras y no repetir las de otras personas. Por medio de la comunicación auténtica, a través del diálogo, el individuo se transforma en creador y sujeto de su propia historia.

El sistema educativo debe ayudar a que el sujeto contribuya al cambio social al proveer al educando de los instrumentos contra el desarraigo, pues la educación en la decisión, la responsabilidad social y política sustituye la anterior pasividad por nuevas pautas de participación.
Plantea que el proceso educativo no es neutral, sino que implica una acción cultural para la liberación o para la dominación. Si es para esta última, estamos ante la educación bancaria, proceso educativo rígido, autoritario y anti didáctico.
Critica la concepción bancaria de la educación: “el educador es el que sabe, los educando a lo que no saben; el educador es el que piensa, los educandos los objetos pensados; el educador es el que habla, los educandos los que escuchan dócilmente...” (pedagogía del oprimido). Dice que la educación bancaria es necrófila, pues termina por archivar al hombre, sirviendo para su domesticación y su pasiva adaptación.
Por medio de esta educación bancaria cerrada al diálogo, a la creatividad y a la conciencia, se normaliza a los dominados, prolongando la situación de opresión. Mientras que la educación libertadora problematiza y desmitifica la realidad. Rompe con la dicotomía educador/educando, pues el que enseña reconoce que puede aprender de aquel al que va a enseñar. Esta concepción humanista se funda en la capacidad de reflexionar de los oprimidos.

Freire plantea que la educación es un proceso a través del cual todas las personas implicadas en él educan y son educadas al mismo tiempo.


A comienzos del Siglo XX, en 1907, nace el Método Pedagógico del Dr. Ovidio Decroly, médico y psicólogo nacido en Renaix el 23 de junio de 1871.

APRECIACION PERSONAL
Según Freire hay dos tipos de pedagogías del “oprimido” La domesticadora y la liberadora.
A nuestros padres y abuelos les toco vivir en una época en la que la educación domesticadora era la única ya que el autoritarismo era el principal medio. Ellos no tomaban decisiones de ningún tipo aun las que tenían que ver con su vida personal, como lo es el matrimonio.
A nuestros padres y abuelos le toco ser por así decirlo domesticados. Tenían que obedecer a sus padres sin dudar so pena de recibir una corrección muy dura, entre ellos golpes brutales.
Pero gracias a ello se hicieron personas responsables, trabajadoras y obedientes. Todo lo contrario a la sociedad en las que nos toco vivir.
El tipo de educación liberadora pretende que por medio de la comunicación autentica, a través del dialogo, el individuo se transforma en creador y sujeto de su propia historia aunque a estas altura se fue a los extremos ya que es demasiado permisiva.
Se han permitido tanto en la familia como en la sociedad, faltas de respeto que cada día más aumentan el desorden social. Los mismos padres hemos permitido que las autoridades correspondientes ya no tengan la autoridad necesaria para corregir ni intervenir en la educación del niño. Se ha dejado que el niño actúe por sí mismo y se controle, cosa que por su edad no sabe hacer.
Estos dos tipos de pedagogías si se pusieran en función de manera balanceada creo que funcionaria ya que hay veces es necesario ser receptivos, no hablar y hablar, y también comunicarnos de modo que podamos entendernos y así llegar a ser una sociedad más educada, que trascienda.
La pedagogía del oprimido creo que es en si volver y retomar el camino no llegar al autoritarismo pero tampoco seguir en el mismo camino que vamos.

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